martes, 5 de junio de 2012

Bibliografía.


- Álvarez Méndez, J.M. (2001). Evaluar para conocer, examinar para excluir. Barcelona (Morata).
- http://www.uma.es/ficha.php?id=15460
SANTOS, M.A
(1999). Metaevaluación: rigor, mejora, ética y aprendizaje. En bonifacio
Jiménez (Ed.). Evaluación de programas, centros y profesores. Madrid.
Síntesis.

Articulo.


Evaluación de Programas, centros y profesores.
Ana María Domínguez Lara
Rosario Nebro Perujo
María Orellana León
Patricia Rodríguez Morilla
Laura Romero Acebes
Grupo:  23


CAPITULO I: EL CAMPO SEMANTICO DE LA EVALUACION. MÁS ALLÁ DE LAS DEFINICIONES

Son muchas las personas que hablan de evaluación, interpretándola cada uno con criterios diferentes, dando a entender que su evaluación es de calidad, siendo la relación entre ambos conceptos bastante estrecha, no pudiéndose dar la una sin la otra. La evaluación queda muy lejos de calificar, examinar, medir, etc. tiene que ver con ellas pero se diferencian según los recursos, usos y fines que utiliza para ello.
 La evaluación educativa debe entenderse como una actividad de aprendizaje, ya que a través de ellas adquirimos conocimiento, es a través de los errores cometidos y corregidos por el profesor de los que aprendemos. Los profesores deben tomar conciencia de no excluir a nadie de la participación del saber.
En la evaluación ponemos en prácticas nuestros conocimientos, es donde tenemos la oportunidad de defender ideas, razones, aflorar las dudas, inseguridades, tenemos que expresarlas sin el temor de subir o bajar puntos en la calificación. La forma de evaluar debe de ser una negociación entre el docente y los discentes, así como debe de ser un proceso continuo ya que no llega al final con el propósito de poner una calificación, así haciéndola de manera continua, no hay razón para el fracaso, ya que intervendríamos en el momento oportuno y no dejarlo para el final cuando quizá no se pueda hacer nada.
Las tendencias actuales se caracterizan en la evaluación educativa por la orientación y comprensión y al aprendizaje, esto obedece a la racionalidad practica, buscan la comprensión de los contenidos del aprendizaje, acción, comunicación, sin embargo con el examen lo que se consigue es que la prioridad de los alumnos se limite al éxito inmediato.
Al igual que se evalúa a los alumnos, también se hace con profesores, programas y centros.



CAPITULO II: NATURALEZA Y SENTIDO DE LA EVALUACION EN EDUCACION.
Antes de empezar a evaluar, hay que cuestionarse la propia evaluación educativa, el conocimiento debe ser el referente teórico que da sentido al proceso de hacer una evaluación, ya que esto va a hacer que coja un camino u otro.
En la pedagogía por objetivos, el conocimiento equivale a los hechos, a datos empíricos y el currículo se resume en una serie de programas frente a objetivos, la enseñanza consiste en modificar o cambiar la conducta del alumno, no su forma de razonar. Trata al sujeto que aprende como receptor pasivo que acepta y acumula información. En éste paradigma el aprendizaje es algo que se puede medir, manipular o incluso predecir. Los usos que se hacen de los test dan a veces pie a la exclusión o marginación.

Desde concepciones alternativas y mas a tono con los nuevos enfoques curriculares, orientados por la racionalidad práctica y crítica, quien aprende tiene mucho que decir de lo que aprende y de la forma en que lo hace, sin que sobre su palabra gravite constantemente el peso del ojo evaluador que todo lo ve que todo lo juzga. Por este camino podremos llegar a descubrir la calidad de lo aprendido y la calidad del modo en que aprende el alumno, las dificultades que encuentra y la naturaleza de las mismas, la profundidad y consistencia e lo aprendido y la capacidad generadora para nuevos aprendizajes de aquellos que hoy damos por aprendido con solo haberlo oído y haberlo volcado en un escrito. Esta es la evaluación que mira al valor agregado de la enseñanza como indicador valido de la calidad de la educación”. 

Reflexión grupal: tras leer este párrafo hemos llegado a la conclusión de que a la hora de educar es necesario dejar al alumno que exprese con naturalidad lo aprendido sin miedo a la equivocación, por que para eso estamos estudiando, para aprender, desaprender y volverlo a intentar. Pensamos que es importante el fracaso por que es lo que nos permite en la mayoría de las situaciones aprender a hacerlo mejor.
 Para lograr un aprendizaje duradero en el tiempo para el niño, es necesario que se tenga en cuenta que a la hora de enseñar debemos utilizar el aprendizaje relevante y significativo, y una mayor relación entre la teoría y la practica, para que el alumno sea capaz  de conectar sus intereses con lo aprendido y a su vez lo pueda llevar a cualquier situación de su vida real.
Para asegurar el aprendizaje reflexivo de contenidos, los aprendices deben explicar, argumentar y  defender sus propias ideas, con esto están aprendiendo a evaluar simultáneamente. Lo importante es cómo adquieren los conocimientos.
La evaluación de esta forma de aprender tiene límites, no todo lo que se enseña se convierte en objeto de evaluación, ni todo lo que se aprende es evaluable, los alumnos aprenden más de lo que se les va a evaluar por parte del docente. Una enseñanza condicionada por los exámenes, distorsiona el currículum, al igual que sobreestimar la evaluación en cuanto a rendimiento, distorsiona el conocimiento, divide en parte la información que se considera importante para la puntuación y confunde lo que merece la pena aprender “vale solo lo que entra en examen” y lo que no es objeto de examen carece de valor y de interés, el valor intrínseco de los contenidos de aprendizaje quedan al margen. En ningún caso la preocupación por los exámenes debe de dirigir el objeto de aprendizaje, al igual que no debe condicionar el currículum y la enseñanza.
Si lo que queremos conseguir es un aprendizaje significativo, hay que pretender buscar formas nuevas de aprender, el reto consiste en que los profesores deben de hacer frente a un nuevo modo de enseñar que provoque un modo distinto de aprender y que el resultado sea relevante para el sujeto que aprende no solo dentro del aula sino fuera también del contexto escolar. Enseñar no es solo una cuestión de adquirir una seria de conocimientos teóricos, sino  un modo de razonar, se puede decir que no es tan importante lo que se aprenda, sino como se aprende, así, sabiendo la forma en la aprende un sujeto encontraremos el modo de ayudarle.
Para que el tipo de enseñanza aprendizaje que hemos descrito anteriormente, es necesario un cambio de mentalidad por parte de los profesionales de la enseñanza, es decir, adoptar nuevos retos y compromisos.


CAPITULO VII: DE TECNICA Y RECURSOS DE EVALUACION: LA IMPORTANCIA (RELATIVA) DE LOS METODOS.
Tenemos muchas opciones para evaluar, pero lo importante es el uso que se hacen de ellas y las funciones que desempeñan, depende también de la información que queramos recoger utilizaremos una forma u otra para la misma. No es lo mismo evaluar para comprender la capacidad de retención que evaluar para garantizar la formación de los que están aprendiendo.
Un cambio elemental para la innovación en la forma de evaluar, consiste en convertir la clase en un lugar de aprendizaje, en contra de tan asumida costumbre que tenemos para evaluar. Pero muchos profesores no creen en el valor formativo que pueda tener otro tipo de evaluación ya que piensan que no sirve para discriminar con precisión las diferencias en el rendimiento académico de los alumnos. Para otro tipo de evaluación debemos dejar a un lado el enfoque positivista, habría que elegir otros conceptos como transparencia, credibilidad, coherencia, etc. Por otro lado podemos decir que el valor de la evaluación no está en el instrumento en sí, si no en el uso que de él se haga.
No puede quedarse atrás, el hablar del examen, esa prueba de evaluación con un numero limitados de preguntas al que los alumnos deben responder, un instrumento de evaluación vulnerable y difícilmente sostenible (ALVAREZ MENENDEZ, 1994; 1995; 2000), el cual como instrumento bien utilizado puede cumplir funciones validas para la evaluación. Si las preguntas que pone el profesor están orientadas a obtener datos importantes para mejorar la enseñanza y mejorar el aprendizaje de los alumnos, le estamos dando un uso educativo, contrario a un uso del examen para medir o calificar.
Otra fuente de conocimiento y aprendizaje es la observación, en cualquiera que sea el ámbito de referencia, para la comprensión y explicación, así como la entrevista en la que se lleva a cabo la evaluación a través del dialogo, donde se evalúa la consistencia del razonamiento, capacidades cognitivas, entender la entrevista como un examen oral, puede ser positivo.
No existen formulas mágicas solo nos queda ensayar formas alternativas que garanticen el aprendizaje reflexivo que no sean los tradicionales como un examen y el uso calificador que se hacen de ellos, el cambio de uso deben llevar otras intenciones con otros fines.
El hecho de calificar un examen, corregir un trabajo, tiene sentido si explicamos a los alumnos los fallos, errores, sentido educativo, etc., lo que no podemos hacer, es utilizar la nota de un examen o prueba para penalizar o premiar al alumno.
La calificación, aceptada como inevitable llegara como consecuencia del un consenso con los alumnos sobre la evaluación de los mismos.
No podemos prescindir de nuestras tradicionales evaluaciones, si no se encuentran fundamentos para el rechazo.